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Autor: José García - Lectura de 1 minuto
La definición de startup se acota a una empresa de reciente creación que pretende desarrollar un modelo de negocio innovador y con altas dosis de escalabilidad centrado en la tecnología. En el momento de tomar la decisión de emprender, tan o más importante que la propia idea o modelo de negocio, es la capacidad de financiación en el corto y medio plazo a la que la startup sea capaz de acceder.
Esta “solidez o colchón financiero” es la que va a dar la oportunidad de que la idea de negocio se empiece a implementar y tenga la posibilidad de generar ingresos recurrentes para lanzar a la startup a siguientes fases de crecimiento.
Seguidamente, vamos a intentar dar respuesta a algunas de las principales dudas o cuestiones que se plantea el emprendedor a la hora de buscar inversión para su startup. Para ello, antes pasamos a introducir las principales oportunidades de financiación de proyectos que un emprendedor puede encontrar actualmente.
Las incubadoras están más focalizadas en las primeras fases de la creación de la startup y les suelen ayudar en cualquier cuestión propia para su funcionamiento; fundación, búsqueda de lugar de trabajo, tutorización, formación, servicios digitales, entre otros. Normalmente las incubadoras están patrocinadas por entidades privadas y suelen estar enfocadas a temáticas tecnológicas concretas o bien a sectores concretos. Están especializadas en la creación desde cero de la startup y su acompañamiento durante un periodo corto de tiempo para comprobar la viabilidad del modelo de negocio.
Las aceleradoras entran en una etapa más avanzada del ciclo de vida de la startup y tienen el objetivo de acelerar y asegurar el éxito de proyectos emprendedores que ya cuentan con cierta base operativa y ya están en desarrollo, es decir, el modelo de negocio da señales de que es viable y puede ser rentable.
Habiendo repasado las principales vías de acceso a financiación a las cuales puede recurrir cualquier emprendedores para el lanzamiento, desarrollo y expansión de su modelo de negocio, pasamos a contestar algunas cuestiones a tener en cuenta si se desea emprender un nuevo negocio.
El primer punto a tener en cuenta radica en la idea. Una idea de negocio que sea innovadora y que permite la diferenciación suele ser un punto clave para el éxito, aunque no lo garantiza ya que la implementación de esta idea es igualmente importante.
La implementación la podríamos vincular, sin duda, a las capacidades y habilidades del emprendedor o equipo emprendedor. Tener un equipo fuerte y de calidad que pueda impulsar la idea de negocio es crucial, ya que esto generará confianza en el momento de la búsqueda de inversores o financiación. La capacidad de atracción de talento para el proyecto de la startup es sin duda una de las claves del éxito.
De esta forma podríamos decir que el binomio idea-equipo va a marcar sin duda el éxito o no de la startup, y como no, tiene que ir acompañado con una capacidad financiera acorde que permita ejecutar las acciones pertinentes para lanzar el negocio y escalarlo.
Como hemos comentado, existen varias vías y oportunidades de financiación alternativas para la creación y expansión de una empresa de reciente creación. No existe una fórmula concreta ni una vía única para financiar un modelo de negocio, sino que se ha de buscar aquella combinación que mejor encaje para cada tipo de empresa y para cada momento de su ciclo de vida.
En una fase muy inicial, por ejemplo, puede ser interesante probar las vías de incubadoras o centros de apoyo a emprendedores, para también conseguir un asesoramiento o un tutelado de valor estratégico que nos permitan testear la viabilidad del negocio y adicionalmente concurrir a alguna de las convocatorias de subvención púbica que existen para empresa de reciente creación.
En un estado más avanzado, donde ya es viable el modelo de negocio, pero interesa realizar un escalado rápido, puede ser interesante acceder a financiación vía lanzaderas o crowfunding, si se dispone de una ventaja competitiva a nivel tecnológico cabe la posibilidad de acceder a financiación pública para proyectos de I+D+i, como por ejemplo algunas de las líneas de las que dispone el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI).
Por otro lado, las sociedades de capital riesgo y los Business Angels suele ser una opción válida si se está dispuesto a asumir una pérdida de control en la toma de decisiones.
Sin duda alguna, el ecosistema emprendedor en España está consolidado, donde Barcelona ocupa el tercer puesto en el ranking de ciudades europeas que más inversión atrae, por detrás de Londres y Berlín, según datos de 2019 del Startup Heat Map Europe y donde Madrid también ocupa una posición destacada. Otro dato relevante y de peso con respecto a la solidez del ecosistema emprendedor en España, es que en la actualidad se cuentan con más de 200 incubadoras y aceleradoras.
Por otro lado, los costes salariales y la elevada preparación a nivel tecnológico que tiene los titulados españoles, hace que España sea muy competitiva como emplazamiento a la hora de elegir la creación de una startup, en comparación con sus vecinos europeos.
Es por estos motivos por lo que sin lugar a dudas el ecosistema startup en España goza de una muy buena salud y al mismo tiempo se refuerza el atractivo de España como canalizador de inversión privada.
Durante el camino de todo emprendedor hacia el éxito de su modelo de negocio, se encontrará con muchos obstáculos y dificultades, pero ante todas estas dificultades, existen muchas oportunidades y vías de poder conseguir financiación y atraer inversores, poder dar vida a ese proyecto que en ocasiones acaba transcendiendo lo empresarial, para convertirse incluso en un estilo de vida. Este camino, se puede hacer más llevadero y exitoso contando con los partners y el equipo adecuado y así poder tejer una red de colaboración de calidad y de valor añadido.